Los mayas y los egipcios sabían mucho acerca del cielo y, probablemente, la civilización que los antecedió sabía mucho más. Recién hoy la ciencia moderna está a nivel como para confirmar la veracidad de los datos recopilados por nuestros ancestros y ponernos a pensar sobre el significado de palabras como “primitivo”, “creencias animistas”, “astrología”, “atlántida”, etc.
Personalmente estudié las profecías de Chilam Balam, como parte de un estudio general que realicé sobre la civilización del México antiguo y me sorprendió la exactitud de algunas, careciendo de material y conocimientos como para confirmar las restantes.
Lo cierto es que gran parte del material rescatado “por milagro” de la destrucción de los invasores y clérigos colonizadores, aún no se ha descifrado.
Los mayas tenían, según se dice, un calendario que reunía varios tipos de medición del tiempo y está considerado el más perfecto instrumento de este tipo, más exacto y completo que los modernos.
Una de estas visiones abarca períodos de 52 años, que, relacionados con otra de períodos mayores, indican al año 2012 y, más exactamente, al 21 de diciembre de ese año, como uno de especial importancia por los cambios dramáticos que se producirán. Esta predicción se ajusta, también, a otras provenientes del Egipto antiguo.
Foto infrarroja real de la Vía Láctea vista desde la Tierra: cerca del centro se ve una región luminosa con forma de disco (al cual llegaremos en el 2012) (Imagen de la NASA)
|
En el Sol, el campo magnético ha aumentado un 230% desde comienzos del siglo XX. Esta energía sigue creciendo.
Venus brilla en la oscuridad.
Comenzando en 1960, la superficie de la Tierra aumentó su calor entre un 4 y un 6%. Alrededor de 1994 comenzó a brillar de nuevo, lo cual hace pensar a los científicos que acelerará el efecto invernadero. Durante los últimos 30 años las capas polares se redujeron en un 40%. Desde 1997 la estructura de la Tierra comenzó a sufrir un aplastamiento desde los polos que la llevan de la forma original de huevo a una de calabaza.
Las capas de hielo de Marte se derritieron en un año, causando un cambio del 50% en la superficie del planeta y el aumento de la densidad de la atmósfera en un 200% desde 1997.
Júpiter ha aumentado su energía y esta rodeado de un anillo visible de energía en la órbita de la luna Io, que, ahora, brilla en la oscuridad. El campo magnético de Júpiter se duplicó desde 1992.
Los polos de Saturno brillan y su campo magnético ha crecido. Entre 1980 y 1996 sus anillos se han reducido en un 58.2% lo que producirá dramáticos cambios en su clima.
Urano y Neptuno han experimentado aplastamiento de los polos de 60 y 50%, respectivamente. Desde 1996 Neptuno se ha vuelto 40% más brillante.
La presión atmosférica de Plutón aumentó un 300% en los últimos 15 años y se observa un oscurecimiento de su color.
Nota: las referencias a “aumento de brillo” se refieren a los datos obtenidos con telescopios infrarrojos.
|
Los fenómenos científicos descriptos son hechos reales, pero su interpretación puede llevarnos a errores formales.
En principio no sabemos si estos sucesos son excepcionales. El sistema solar se traslada a velocidades inconcebibles por la galaxia, en dirección al centro, en el 2012 cruzaremos el mismo. Los cambios en los planetas y el Sol son registrados gracias a instrumentos que antes no teníamos. Los cambios en el ADN son fluctuaciones normales de la evolución de las especies.
¿Pueden todos estos fenómenos en conjunto originar un cambio dramático en la sociedad humana?
Las predicciones parecen apuntar a un cambio rotundo, ya sea para bien o para mal, según la visión mística que nos ocupe.
Para muchos será la catástrofe, desastres naturales, glaciación, destrucción de ciudades, diluvios, el Juicio Final.
Para otros la afirmación definitiva de la Humanidad en la espiritualidad, pasando a un estado de conciencia superior.
Para el resto, simplemente más de lo mismo.
Quienes hemos incursionado en el esoterismo, la numerología y la magia, sabemos que las coincidencias numero-lógicas, muchas veces, no son nada más que eso: coincidencias. Que los datos obtenidos de las profecías no siempre son interpretados correctamente, o no siempre son reales. Que las percepciones vía canalización existen, pero, en muchos casos, se trata sólo de negocios bien montados.
SIGUE ABAJO
|